El incremento de los montos de las tarifas de energía eléctrica y la toma de conciencia de la necesidad de cuidar los recursos naturales para favorecer la sostenibilidad, llevan a que cada vez más personas busquen alternativas para reducir el consumo energético en sus hogares y comercios.
Si bien años atrás era suficiente con apagar las lamparitas y los aparatos que no estaban siendo utilizados, en la actualidad las cosas han cambiado bastante.
La proliferación de smartphones, computadoras, televisores y otros dispositivos electrónicos y el incremento del uso de aires acondicionados para paliar las temperaturas extremas que derivan del cambio climático, hacen que ahorrar energía se torne una tarea más compleja.
El 14 de febrero se conmemora el Día Mundial de la Energía, fecha establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de reflexionar sobre la importancia del uso sostenible de este recurso.
Si bien la legislación de nuestro país prevé que para 2025 el 20% de la matriz energética argentina provenga de fuentes renovables, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), indica que actualmente más del 80% de la matriz principal actual está compuesta por hidrocarburos.
Reducir el gasto de energía se torna entonces fundamental para cuidar los recursos naturales y contribuir con el bienestar del medio ambiente.
Asimismo, la disminución del consumo energético también tiene un impacto positivo en la economía de las personas. De acuerdo a lo informado por fuentes oficiales, durante el mes de febrero las tarifas de energía eléctrica para hogares, comercios e industrias argentinas aumentarán alrededor de un 14%.
Por su parte, los usuarios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) también deberán hacer frente a incrementos adicionales en abril y junio de 2023, de acuerdo a lo explicado por la Secretaría de Energía.
Frente a este panorama, cada vez son más los usuarios que buscan alternativas para disminuir el gasto energético para darle un alivio al planeta y a sus bolsillos.
La climatización es una de las actividades que mayor consumo energético representa. Es sabido que en épocas de frío extremo es importante calefaccionar los espacios y en los periodos de altas temperaturas es necesario extremar los cuidados, refrigerando adecuadamente hogares, oficinas y comercios.
Sin embargo, si los ambientes no están aislados, el calor o el frío del exterior ingresarán en los espacios provocando variaciones indeseadas de temperatura y socavando la eficiencia energética.
Por lo tanto, es fundamental controlar que las aberturas – puertas, ventanas, claraboyas, etc.- cierren correctamente, así como colocar burletes y cortinas.
Tal como mencionamos, los costos de calefacción y refrigeración representan la mayor porción del consumo energético total de cualquier espacio, especialmente en épocas de intenso frío o calor.
Si bien algunos usuarios suelen colocar los aires acondicionados en temperaturas extremadamente bajas en verano y demasiado altas en invierno, este hábito puede provocar un marcado incremento en las facturas de energía.
La temperatura de los ambientes debe oscilar entre los 21°C y los 24°C, ya que cada grado que se sube en invierno o que se baja en verano puede representar un gasto energético entre un 7% y un 10% superior.
Asimismo, es preciso configurar los equipos para que se apaguen solos después de un tiempo de utilización, especialmente si estuvieron prendidos durante varias horas o por las noches, cuando los ambientes ya están climatizados.
La iluminación es otro aspecto fundamental a la hora de reducir el consumo energético. Utilizar lámparas LED es clave para disminuir el gasto, ya que son económicas, duraderas y alumbran mucho más que las lámparas tradicionales. De hecho, se calcula que permiten ahorrar un 50% más que los focos convencionales.
En el mercado existen lámparas LED de luz cálida o fría con diferentes graduaciones de watts, lo que las torna aptas para cualquier tipo de uso y ambiente.
El Ministerio de Energía y Minería estableció un programa de etiquetado a través del cual diferentes artefactos – entre ellos, los electrodomésticos- deben contener una etiqueta que indique cuán eficientes son energéticamente.
En Argentina existen 7 categorías identificadas con letras y barras de colores, que van desde la letra A y el color verde hasta la letra G y el color rojo, y corresponden a los dispositivos más y menos eficientes, respectivamente. Hoy en día, los avances tecnológicos hicieron posible la aparición de equipos extremadamente eficientes, catalogados como A+, A++ y A+++.
Comprar equipos energéticamente eficientes es clave para reducir el gasto en energía. Algunos de los artefactos que contienen estas etiquetas son heladeras, freezers, lavarropas, aires acondicionados, calefones, termotanques, lámparas incandescente, halógenas, fluorescentes y LED, televisores, microondas, hornos eléctricos portátiles, ventiladores de pared y lavavajillas.
¿Sabías que, aunque estén apagados, los aparatos electrónicos consumen energía cuando están enchufados?
Para ahorrar energía, evitá dejar enchufados cargadores de teléfonos móviles o tabletas, televisores y computadoras. Tené en cuenta que, en los equipos de computación, lo que consumen en el modo stand by representa hasta un 70% de lo que gastan cuando están encendidos.
Ahora que ya sabés cómo reducir el consumo energético para contribuir al bienestar del planeta y de tu economía, te invitamos a que conozcas cuál es la mejor forma de proteger tu vivienda y tu negocio de apagones y caídas del suministro eléctrico. Contactanos.